Teniente Coronel (R) José Raimundo Porras Pérez – Fecha de publicación: 30 de jul de 2023
La invasión rusa de Ucrania marca un punto de inflexión en los conflictos contemporáneos, presentando características sin precedentes: su alcance tecnológico a gran escala, la multiplicidad de dominios involucrados y su alta intensidad. Queda claro que el poderío militar tradicional no basta para resolverlo todo. En numerosas ocasiones, desmantelar al enemigo requiere desactivar o suprimir sus medios electrónicos, comunicaciones y sistemas de control. En otras palabras, la clave está en cegar, engañar y aturdir al adversario. En este contexto, el espectro electromagnético se revela como un elemento esencial en los conflictos armados contemporáneos. No es casualidad que el desarrollo de equipos electrónicos sea el más dinámico entre todas las armas modernas, ya que estos se han convertido en piezas fundamentales en el tablero estratégico mundial.
En un escrito anterior explicamos como los rusos aplican las diferentes formas de guerra electrónica en el actual conflicto de Ucrania.
El futuro se extiende ante nuestras miradas, invitándonos a plantear la siguiente pregunta:
¿Cómo combaten los ucranianos en el espectro electromagnético?
Antes de la agresión armada de Rusia, el arsenal de guerra electrónica de Ucrania era similar al de sus contrapartes: ambos países tienen herencia soviética. Por otra parte, los mandos ucranianos no se molestaron en desarrollar la investigación, organización y entrenamiento de sus unidades de guerra electrónica. Pero entre los años 2014 y 2015 pasó lo que menos esperaban: ¡La ocupación de las regiones del Donbas y la península de Crimea por las tropas del Kremlin!
La victoria de la Federación Rusa durante ese difícil período despertó un fervor en la élite militar de Ucrania, que se embarcó en una serie de ambiciosos proyectos para convertirse en un adversario competente en el ámbito electromagnético. Así, la política de defensa del Estado Ucraniano, estimuló la integración cívico-militar con la iniciativa privada y muy especialmente con las empresas: Ukrspetszvyazok, Proximus y Ukroboronprom.
Entre sus proyectos más importantes, podemos mencionar los siguientes:
En junio del año 2019, la compañía Proton experimentó con éxito su estación serial R-330KV1M, que puede establecer una muralla electrónica a una profundidad de hasta 60 km y que permite bloquear el funcionamiento de todas las estaciones de radio de onda corta, incluidas las diseñadas específicamente para funcionar en condiciones de interferencia de radio activa.
Ucrania también cuenta con sistemas de producción nacional como el complejo Anklav que está destinado a la creación de interferencias a receptores sintonizados en señal satelital GLONASS y sistemas de navegación GPS. De manera que los vehículos aéreos no tripulados y armas de alta precisión, pueden ser inutilizados en una profundidad de hasta 40 kilómetros.
Otro sistema que es digno de mención es el , el tiempo de despliegue del complejo en posición de combate es de tan solo 2 minutos. Cabe mencionar que, a partir del año 2021, los desarrolladores afirmaron que el complejo era capaz de capturar vehículos aéreos no tripulados rusos “Orlan-10” a una distancia de hasta 100 km.
En junio de 2019, la compañía Ukrspetstechnika participó en ejercicios tácticos de las tropas de las Fuerzas Armadas de Ucrania en el campo de entrenamiento de Mykolaiv. Allí, se presentó el Complejo Polonesa que está diseñado para monitorear el espectro, determinar el rango de frecuencia, la estructura de los comandos de control de drones y transmitir automáticamente información de radar a puestos de mando, sistemas de artillería y módulos de combate.
Ucrania también posee radares resistentes a interferencias y que están dotados con procesamiento digital y transmisión automática de datos. Entre ellos, el Malakhit que detecta y comunica automáticamente, coordenadas en tiempo real y parámetros de trayectoria de vectores aéreos. Este radar puede detectar un caza MIG a una distancia de 400 kilómetros.
En julio del año 2023, como parte de la iniciativa de protección blindada, los ingenieros ucranianos realizaron pruebas de equipos para desplegar interferencias radioelectrónicas contra drones desechables con ojivas incorporadas (llamados suicidas). El objetivo principal de los módulos adjuntos es combatir los drones enemigos que llevan munición acumulativa antitanque.
El enfrentamiento radioelectrónico es uno de los componentes más importantes de esta guerra, y una de las áreas donde el apoyo de la OTAN fue, por un lado, el menos perceptible y, por otro lado, el más valioso. Después de las desastrosas operaciones del año 2015, Estados Unidos comenzó a suministrar a Ucrania radios L3Harris, que no podían interferirse fácilmente. Los ucranianos aprendieron a usar estos modernos medios de guerra en una base de entrenamiento conocida como United Multinational Training Group-Ukraine, cerca de la ciudad de Lviv.
La empresa estadounidense Battelle, ha dotado a las tropas de Zelenski con su versión mejorada del DroneDefender, un rifle no letal que acaba con los vehículos aéreos en un rango de 400 metros y una batería de dos horas de duración. La compañía norteamericana General Atomics también ha ofrecido a Ucrania el letal dron de combate MQ-9 Reaper, dicha aeronave no tripulada podría venir acompañada con la cápsula de contramedidas de radar Angry Kitten ALQ-167, que podría expandir la capacidad de ataque electrónico de las unidades ucranianas.
Y debemos apuntar, que el Reino Unido ha dotado a las fuerzas ucranianas del radar desplegable A422 Blighter que es un sistema de vigilancia terrestre y detección de drones listo para usar.
Visto lo anterior, hemos apreciado que uno de los esfuerzos de guerra electrónica de los generales ucranianos se ha centrado en el dominio aéreo, para ello, se desplegaron grupos móviles de guerra electrónica para contrarrestar de manera efectiva las temibles variantes de misiles de crucero, municiones inteligentes y aeronaves no tripuladas con ojivas integradas que fueron lanzadas por los agresores del Kremlin. Y aunque no está del todo claro, las fuerzas de ataque electrónico de la Federación Rusa no han podido desplegar todo su potencial y uno de los motivos es que los ucranianos están luchando en grupos pequeños, dispersos y con órdenes tipo misión que logran el enlace mediante sistemas de comunicaciones encriptadas entregados por la OTAN.
Como alternativa a las radios, los ucranianos usan el Internet satelital Starlink de Elon Musk. Según el operador Vadym de Aerorozvidka: “Los rusos pueden ubicar terminales Starlink, pero descifrar el flujo de Internet es muy difícil”. Este sistema comercial de comunicaciones por satélite ha brindado un apoyo fundamental a los comandantes, estados mayores y unidades subordinadas. Pero, esta tecnología comercial no es fiable, recientemente, la firma SpaceX ha prohibido a Kiev usar su tecnología para el control de drones.
En una trinchera en el frente oriental, un equipo de morteros ucranianos sabía que Rusia estaba tratando de neutralizarlos al localizar su posición con guerra electrónica. Vlad es plaza de la 28ª Brigada de Ucrania y tiene acceso a radios, satélites y teléfonos inteligentes para comunicarse. Pero, el sirviente de la pieza prefiere usar teléfonos de campaña conectados a través de cables, probablemente el TA-57. Los soldados ucranianos saben que es el medio de comunicación más seguro e imposible escuchar.
En otro lugar, en el frente oriental Oleksii y su unidad de inteligencia de la 59ª Brigada usan la cobertura de un edificio para volar su dron comercial chino e identificar posiciones rusas. Oleksii dice que ya ha perdido cinco unidades y su brigada “podría perder de tres a cuatro drones al día”. Además, afirma que el enemigo tiene acceso a estaciones que “pueden transmitir interferencias e interrumpir las comunicaciones” para desactivar sus drones.
En teoría, los rusos poseen una formidable estructura para proteger sus sistemas de mando y control de la interferencia del enemigo, así como reducir la eficacia del uso de sus medios de combate. Su organización está constituida por siete centros, cinco brigadas y siete batallones independientes. Se conoce que en apoyo directo a cada una de las divisiones de infantería empeñadas en la “Operación Especial” se asigna un batallón de guerra electrónica dotado con sistemas Leer-3, Borisoglebsk-2 y la estación de interferencia Zhitel. Igualmente, debemos destacar la instalación de un poderoso sistema Murmansk-BN (de nivel estratégico) en el cabo Fiolent en Sebastopol.
En una entrevista reciente con el Financial Times, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksiy Reznikov, admitió que los sistemas rusos de guerra electrónica pueden suprimir las municiones guiadas por GPS, además de los HIMARS y los MLRS. El ministro explicó que estos proyectiles eran “muy precisos”, pero los poderosos sistemas radioelectrónicos rusos encontraron formas de suprimirlos. Otro desafío para el ejército ucraniano es el despliegue y uso por parte de Rusia de drones iraníes en el campo de batalla, que se han mostrado más resistentes a los sistemas de guerra electrónica ucranianos.
No obstante, la forma rusa de combatir electrónicamente adolece de las mismas limitaciones que obstaculizan a su organización castrense en general: sus sistemas son voluminosos y más adecuados para la defensa, pero un lastre para operaciones ofensivas como la que ejecutaron en febrero del año 2022. Por otra parte, la estructura de mando rígida y centralizada del Kremlin también podría dificultar que sus fuerzas de guerra electrónica se adapten a las circunstancias; los oficiales subalternos que, finalmente, son los operadores de los sistemas no pueden corregir rápidamente la situación sin la carga burocrática de sus superiores. En particular, al inicio de la invasión trataron de bloquear los radares de defensa aérea de Kiev, solo para descubrir que en el proceso: …¡estaban interrumpiendo sus propias comunicaciones!
No debemos pasar por alto, que los rusos carecen de superioridad aérea sobre Ucrania, y en este sentido, sus aeronaves permanecen en territorio seguro en Rusia y Bielorrusia, lo que limita su capacidad de recopilar señales y producir interferencias.
Y no podemos ignorar lo siguiente: ¡El todopoderoso Ejército de la Federación Rusa sufre de una amarga incoherencia!
Mientras exhibe extraordinarios sistemas de guerra electrónica. Sus comunicaciones en los niveles tácticos son arcaicas. El ejército ruso utiliza una combinación de sistemas de radio que han resultado desastrosos para mantener el enlace. Para ilustrar esto, la mayoría de las tripulaciones de medios blindados están dotados con el complejo R-168, que es incompatible con el sistema Azart que utilizan algunos comandantes. ¿La solución rápida a sus problemas? ¡Una radio “recreativa” de fabricación china!
En este enfrentamiento, los rusos sobreestimaron sus propias capacidades y subestimaron el potencial de los ucranianos. Y tampoco tomaron en cuenta la fuerza del apoyo militar de la OTAN a Kiev. Estos reveses dejaron a las fuerzas rusas, e incluso a algunos de sus oficiales generales, indefensos ante los ataques. La vulnerabilidad de Rusia se hizo evidente en abril del año 2022, cuando el Kyiv Post informó que el mayor general Andrei Simonov había muerto en un ataque de artillería del ejército ucraniano al localizar las señales de un puesto de mando cerca de la ciudad de Izyum y, ¿Qué es lo más asombroso del incidente?:
¡Que el general Simonov era el jefe de las tropas de guerra electrónica del Segundo Ejército de Armas Combinadas!
En los campos de batalla de Ucrania, el simple hecho de encender un teléfono celular puede provocar una lluvia de fuego mortal. Es una evidente deficiencia en el entrenamiento de las tropas rusas, quienes normalmente hacían llamadas a sus familiares con el uso de telefonía móvil. Una muestra de ello: en una llamada interceptada por la fuerza de guerra electrónica ucraniana, los datos de localización fueron enviados a unidades de artillería con el resultado de decenas de soldados rusos dados de baja en Makiivka.
Otro revés para los rusos fue la incautación por parte de Ucrania de algunos de los activos electrónicos más sensibles de su ejército, incluido el módulo de comando del complejo avanzado Krasukha, que los ucranianos se dispusieron a convertir de inmediato para atacar a los rusos. Hay que destacar que los ucranianos han centrado sus fuegos de largo alcance a la destrucción de unidades de guerra electrónica. Aunque la rebelión del grupo Wagner parece haber colaborado involuntariamente con las fuerzas de Zelenski al derribar hasta tres helicópteros de guerra electrónica Mi-8 MTPR en uno de los días más mortíferos para la fuerza aérea rusa hasta la fecha.
En correspondencia con los señalamientos anteriores, los estadounidenses también han tenido grandes lecciones. Una observación importante: existe un concepto diferente de guerra electrónica. A saber, el control total del espectro, en su mayoría, desde el dominio aéreo y espacial, por lo que el Ejército de EE. UU. eliminó las unidades electrónicas de sus divisiones y brigadas, un déficit actual que debe abordarse. Por otra parte, en el plano técnico se están desarrollando equipos resistentes a la guerra electrónica. Como muestra ilustrativa, la empresa aeroespacial de defensa QinetiQ, con sede en el Reino Unido, ha presentado un nuevo dron controlado por láser que puede eliminar la conexión de radio.
Como corolario de nuestra investigación podemos destacar los siguientes aspectos:
En una combinación de soberbia de los mandos rusos y de la inventiva ucraniana, los mandos del presidente Zelenski han logrado localizar, bloquear y cegar las comunicaciones, sistemas de radar y vigilancia visual del Kremlin; además de capturar algunos de sus sistemas de guerra electrónica más avanzados. No podemos obviar que la OTAN ha proporcionado equipo de última generación. Pero, es evidente que los ucranianos han adaptado la tecnología a sus necesidades en el terreno. En la otra orilla del tablero geoestratégico podemos apreciar que los mandos rusos cometieron dos desaciertos esenciales: asumieron que el ejército ucraniano no había logrado avances tecnológicos desde 2015 e ignoraron el impacto del equipo y el entrenamiento proporcionados por la OTAN.
El general Raymond Thomas, describió cómo las comunicaciones de los pilotos de los Estados Unidos fueron “derribadas” regularmente en Siria, en lo que el oficial llamó como el entorno de guerra electrónica “más agresivo” del planeta. Allí, los ingenios avanzados de Rusia podían cegar los sistemas AWACS, así como los satélites espía.
Fuente: Teniente Coronel (R) José Raimundo Porras Pérez
Muy interesante!,, felicitaciones a quien ha expuesto estos conocimientos tan actuales y de aplicación en la guerra de Ucrania ( Invasión Rusa)