Fotografía: Conjuntos de radares y otros equipos dañados se ven en una instalación militar ucraniana en las afueras de Mariúpol, Ucrania, el jueves 24 de febrero de 2022. Rusia lanzó una andanada de ataques aéreos y con misiles contra Ucrania el jueves por la mañana y funcionarios ucranianos dijeron que las tropas rusas han entrado en el país desde el norte, el este y el sur. (AP Foto/Sergei Grits)
Hemos llegado a un momento crítico en la seguridad nacional de Estados Unidos con conflictos cinéticos y geopolíticos que están llamando a las puertas de las superpotencias mundiales y de las naciones más pequeñas por igual.
En el siglo XXI, la era de la tecnología ha marcado el comienzo de una nueva forma de luchar con drones, misiles de largo alcance e hipersónicos. En un futuro cercano, puede que no sean los soldados estadounidenses los que lideren desde la línea del frente, sino una serie de armas autónomas y tecnológicamente avanzadas las que nos defiendan.
Además, esta nueva era de tecnología y guerra ha disminuido el costo asociado con el desarrollo y despliegue de amenazas aéreas modernizadas. Por lo tanto, se necesitan capacidades avanzadas de radar para detectar, identificar y atacar amenazas pequeñas y grandes, más letales. Invertir en estas capacidades avanzadas de radar es vital para nuestros esfuerzos de seguridad nacional, y cuanto antes, mejor.
A medida que la guerra global evoluciona hacia un campo de batalla tecnológicamente más avanzado, Estados Unidos debe diseñar y desplegar soluciones innovadoras para reforzar sus capacidades defensivas. La complejidad y la frecuencia de las amenazas aéreas subrayan la necesidad de una defensa innovadora.
El conflicto en curso en Ucrania y el reciente ataque iraní contra Israel ponen de relieve la urgencia. La inversión y el desarrollo de radares avanzados permiten a Estados Unidos reforzar su defensa contra las amenazas aéreas. Nuestra capacidad para detectar, identificar y hacer frente a las amenazas es primordial. Siempre que se pueda detectar una amenaza aérea, desde un misil hipersónico hasta un globo espía sospechoso, se puede interceptar.
Es fundamental aumentar la cobertura de radar a lo largo de las fronteras y en todo el territorio nacional. El espacio del radar puede estar abarrotado y el equipo puede ser caro. Crear soluciones de radar más innovadoras y rentables es la mejor manera de detectar, identificar y rastrear la multitud de objetos aéreos que proliferan en nuestros cielos, como el incidente del globo chino de 2023, que captó la atención de la nación.
Lo que estamos viendo en las portadas de las noticias es la nueva realidad. Desde la invasión rusa de Ucrania, hemos podido ver nuevas tácticas, incluidos enjambres de drones que abruman los sensores y las defensas para causar graves daños con dispositivos tácticos más pequeños. La capacidad de rastrear estos objetos aéreos más rápidos y letales es increíblemente desafiante y requiere una ingeniería de sistemas sofisticada.
Nuestros adversarios pueden producir estos proyectiles más letales de manera más rápida y rentable y continuar bombardeando los sistemas de defensa heredados y agotar nuestras reservas de armas e interceptores exquisitos.
Para contrarrestar esta nueva realidad de amenazas, debemos desarrollar y desplegar sensores más avanzados de una manera rápida y rentable. El desarrollo y la actualización de radares permiten a las fuerzas armadas de EE. UU. y a nuestros aliados detectar mejor y, en última instancia, defenderse de nuevas amenazas.
Los radares heredados del tipo que muchos conocen cuando conducen por un aeropuerto local se diseñaron hace más de 50 años y están mal equipados para detectar amenazas. Hoy en día, podemos actualizar los radares utilizando un diseño modernizado que utiliza cientos de antenas diminutas para ofrecer una imagen más potente de los objetos en el cielo. Estos radares actualizados pueden detectar múltiples amenazas desde múltiples direcciones a la vez escaneando electrónicamente todo el cielo.
Los datos detectados por estos radares serían transferidos e integrados en los sistemas que interceptan estas amenazas aéreas. El despliegue de cientos de radares de última generación que proporcionan una cobertura densa y de baja altitud con precisiones de calidad de intercepción contra amenazas nuevas y emergentes mejorará la seguridad nacional.
Este enfoque no podría llegar en un momento más oportuno. Nuestros adversarios están viendo las mismas noticias, aumentando la producción y desarrollando nuevas tácticas y formas de infligir más daño con drones más rápidos, más letales, más autónomos, más a prueba de interferencias y más difíciles de detectar. El ejército de Estados Unidos es una fuerza altamente capaz de proteger a los estadounidenses de los malos actores. Es hora de que nos aseguremos de que nuestras fuerzas armadas y nuestros aliados tengan las herramientas para defendernos y protegernos mejor.
El escenario de la guerra seguirá siendo más complejo a medida que la tecnología siga evolucionando y nuestras estrategias de defensa nacional y nuestra tecnología deben ser capaces de ir un paso por delante. Estados Unidos ha demostrado ser una incubadora de investigación y desarrollo de vanguardia a lo largo de nuestra historia. Al adoptar la innovación y la adaptabilidad, Estados Unidos puede mitigar el riesgo que representan las amenazas aéreas, proteger nuestros intereses de seguridad nacional y promover la paz en un panorama global hostil y complejo.
Dmitry Turbiner es el fundador y director ejecutivo de General Radar, cuya misión es construir el primer radar AESA 100% comercial del mundo con un rendimiento insignia del Departamento de Defensa. General Radar ha asegurado más de 35 millones de dólares en inversiones de capital de riesgo y está ejecutando varios contratos comerciales y del Departamento de Defensa. Antes de General Radar, Dmitry fue ingeniero de RF y antenas en la NASA / JPL, donde se desempeñó como ingeniero de conocimiento para el conjunto de antenas de ocultación de radio de la misión COSMIC-2 / FORMOSAT-7. Doce de las antenas phased array de Dmitry están orbitando en una constelación de seis satélites pesados de la NASA.
Fuente: C4ISRNET
Por Dmitry Turbiner