Ni el F-35 ni el bombardero furtivo B2. Un estudio de Pekín teme, por encima de cualquier otra amenaza, un monstruo de más de 70 años.
En el mes de marzo, Estados Unidos anunciaba a bombo y platillo un giro estratégico para el castigado brazo militar de Boeing: le daban el contrato del dispositivo que deberá volver a colocar a Washington en el cajón más alto de las tecnologías militares. Se llamaba F-47, aspirante a sustituir el F-22 y superar su alcance. Dicho de otra forma: desde entonces, si alguien quisiera enfrentarse a Estados Unido debería tener al nuevo caza entre sus pensamientos.
China no lo tiene tan claro. Lo que les infunde “miedo” de verdad tiene más de 70 años.
Jerarquía tecnológica. El resultado llega a través de un análisis elaborado por investigadores de la Academia de Alerta Temprana de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (EPL) en Wuhan, donde han identificado al bombardero estratégico B-52 Stratofortress (una reliquia de la Guerra Fría con más de 70 años de servicio) como la plataforma de ataque nuclear más amenazante de Estados Unidos, superando incluso a cazas furtivos modernos como el F-35A y bombarderos invisibles como el B-2 Spirit.
El estudio, publicado en la revista Modern Defence Technology, se basó en simulaciones de una operación aérea penetrante contra objetivos navales o terrestres en China, dentro del marco conceptual de una campaña de contraataque aéreo estadounidense (PCA). Contra todo pronóstico, el análisis concluyó que el B-52H representa el mayor peligro en las fases de despliegue, penetración y ataque. ¿La clave? Su capacidad para portar hasta cuatro bombas nucleares tácticas B61-12 y a sus constantes modernizaciones en radar y guerra electrónica.
Fuente: Xataka/Magner